lunes, 26 de julio de 2010

El interior del país sigue sometido a “fallas” de luz

La ausencia de generación para respaldar las insuficiencias de la represa Simón Bolívar, limitan y retrasan la recuperación del SEN, cuyas termoeléctricas siguen presentando problemas.

Natalie García
Foto William Urdaneta
lunes, 26 de julio de 2010

Los anuncios sobre la recuperación del sector eléctrico y la medida de suspensión de los racionamientos no han evitado que los constantes cortes de luz se hagan presentes en casi todos los hogares de Venezuela, especialmente en el interior del país donde todos los días hay suspensiones del servicio que son divulgadas por los afectados a través de las redes sociales.

Analistas de la situación energética como el consultor internacional, José Aguilar, aseguran que hay una “discriminación eléctrica donde se privilegia a Caracas y se castiga al resto del territorio, con especial afinco en Guayana” cuya cuenca del bajo Caroní genera más del 70 por ciento de toda la energía nacional.

Explica el ingeniero que la primera discriminación realizada por la gestión de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) fue afirmar que la crisis eléctrica tenía su origen en la sequía que disminuyó los niveles de la cuenca del Caroní.

Realidad aplastante

Estudios hidrológicos realizados desde 1950 revelan que la peor sequía quedó asentada en 1964 donde hubo un aporte promedio de 755 metros cúbicos por segundo. Para esta fecha la represa Simón Bolívar estaba en fase de construcción, el segundo período de estiaje fue en 1961 con 775 metros cúbicos por segundo de caudal promedio, y la tercera posición en gravedad de sequía la vivieron los habitantes del estado Bolívar en 1966 donde se registraron 851 metros cúbicos por segundo.

Desde que Guri entró en operaciones (1968), las peores sequías han sido en 1973 cuando operaba la casa de máquinas I solamente con 877 metros cúbicos por segundo de caudal promedio (siendo la cuarta peor sequía) y con la configuración actual con casa de máquinas 2 con 921 metros cúbicos por segundo de caudal promedio (ocupando la sexta posición).

Los datos de Edelca muestran que el estado de poca afluencia de agua del 2010 ocupa el lugar número 31 en las peores sequías soportadas en la cuenca del Caroní con un aporte promedio de 2.417 metros cúbicos por segundo.

“La verdad de los hechos es que la crisis eléctrica, que une a todos los venezolanos, nada tuvo que ver con la sequía ni los aportes al Guri. La verdad siempre alcanza la mentira y no es otra que se ha abusado del Guri y de las demás unidades del país”.


Factor negativo


Considera Aguilar que el manejo de los problemas en el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) se hizo con más “pulso político” que profesional, lo cual originó en consecuencia una serie de errores subestimados por Corpoelec y la Federación Nacional de Trabajadores Eléctricos (Fetraelec).

Por ejemplo, las tan anheladas lluvias llegaron y las hidroeléctricas no están en capacidad de producir al máximo, limitando así su disponibilidad de megavatios. A esto se le suma que el sector térmico afronta dificultades que obligan a aplicar racionamientos imprevistos.

Parte de la energía que las termos no generan es exigida al Guri, que tiene 6 unidades indisponibles (6, 8, 9, 10, 12 y 15) luego de la incorporación el pasado jueves de la unidad 18 que presentó una falla hace dos semanas provocando un apagón en al menos 10 estados del país.

Las condiciones de Guri, la tercera central más grande del mundo, impiden que se le siga pidiendo generación. Y es que desde el 2005 la mayoría de las unidades que están operativas apenas si recibieron mantenimientos adecuados que permitiesen su óptimo desempeño en el tiempo.

José Aguilar asegura que la “sobreexplotación y los abusos hechos al Guri tendrán repercusiones” que se ponen de manifiesto justo ahora cuando las lluvias son copiosas.

Apunta el especialista que “no es justo que estando la represa Simón Bolívar en el nivel óptimo de generación -en cuanto a agua en el embalse- se apliquen racionamientos en el interior del país privilegiando a Caracas, cuando Venezuela es más que Caracas. Si hay una falla en Caracas el Gurí vuela pero para el interior no se mueve para compensar a menos que Caracas o el país estén en problemas”.


Derroche de agua


En los próximos días es muy probable que el embalse de Guri empiece aliviar por la seguridad de la presa, lo cual a juicio de José Aguilar es otro de los indicadores de lo mal que está trabajando la administración de las empresas eléctricas, que para él “son el principal impedimento para la recuperación del sector eléctrico que requiere profesionales comprometidos, recursos y las acciones pertinentes y oportunas en cada caso específico”.

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