Por: Ender Marcano
A pesar de la cantidad de agua no se ha aumentado la generación en el bajo Caroní. Si los datos suministrados por Alí Rodríguez son ciertos, se podrían exportar 700 MW más de El Guri
Climatológicamente hablando, este año está en el extremo histórico de Venezuela. Pero no con el período de sequía (enero-mayo), que a pesar de como se haya vendido, se ubicó en el lugar 31 de los períodos más secos en los últimos 60 años. Ahora en el período de lluvias (mayo-septiembre) el aporte de agua al caudal del río Caroní se ubica en su tope histórico, superando a los registros de 1981. En otras palabras, en el Bajo Caroní este 2010 ha sido el año con el que se ha contado con más agua desde 1950, de acuerdo a datos de Edelca.
Hasta el jueves 30 de septiembre al embalse El Guri habían entrado más de 116.219 Hectómetros cúbicos de agua (un Hectómetro equivale a mil millones de litros), con lo cual se superan los 114.375 que datan de 1.981.
Los aportes del Caroní son el combustible para la generación de electricidad en el complejo hidroeléctrico de esta zona, principal generadora de la nación, con una capacidad instalada de casi 14 mil Megavatios (MW). Buena parte de la crisis eléctrica que vive el país se le achacó a la sequía, aun cuando llegaron las lluvias y los cortes de electricidad continuaron.
Sin embargo, tal y como lo demuestran los números, en los últimos meses se ha contado con el agua suficiente para aumentar la generación en el bajo Caroní, la cual en pocas ocasiones supera los 10 mil MW por estos días. Para generar esta energía las unidades hidroeléctricas turbinan agua, por lo cual ha medida que se turbina más se produce más energía.
Irónicamente, durante el período de sequía el turbinado promedio en las unidades de la central hidroeléctrica Simón Bolívar, ubicada en El Guri, estuvo alrededor de los 5.000 metros cúbicos por segundo (m3/s). Mientras que desde mediados de mayo, entrado el período de lluvias, el mismo ha sido de 4.500 m3/s.
Esta diferencia en el turbinado se ha traducido en que el agua deba aliviarse después de que se llenó el embalse a comienzos de septiembre; dicho de otra forma: energía perdida.
FALTA ENERGÍA De acuerdo a datos del ex director de Opsis (actualmente Centro Nacional de Gestión), ingeniero Miguel Lara, y a una presentación del ingeniero y consultor internacional, José Aguilar, con el alivio al embalse El Guri se han derrochado más 1.000 Gigavatios por hora (GW/h). Para que se tenga una referencia diariamente el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) demanda entre 300 GW/h y 330 GW/h.
Aguilar mantiene la tesis de que en los complejos del bajo Caroní no se está generando todo lo disponible actualmente. El problema no es la falta de unidades en El Guri, pues se cuenta con 15 de las 20 unidades, a diferencia de semanas atrás cuando la disponibilidad era de 13 máquinas, comenta el especialista. Igualmente en Caruachi y Macagua donde las unidades disponibles no son el problema.
Además el ministro para la Energía Eléctrica, Alí Rodríguez Araque, dijo el sábado antes de las elecciones que contaban con 12.280 MW hidroeléctricos, de los cuales aproximadamente 200 están en los Andes y los restantes 12.080 MW en el bajo Caroní. Pero la generación del bajo Caroní rara vez supera los 10 mil MW; si los tienen disponibles ¿dónde están? Uno de los puntos que podría impedir aumentar la generación es el sistema de transmisión, cuyo límite permitido era de 8 mil MW y durante esta gestión se llevó a 8.400 MW. Sin embargo, la importación de energía de Edelca hacia el centro del país promedia los 7.300 MW, es decir hay un margen de 1.100 MW más que se pueden exportar, pero no lo hacen.
Hay dos explicaciones posibles para esta situación. Una de ellas es que las máquinas del bajo Caroní, así como las de Planta Centro, Pedro Camejo o Tacoa, no están en condiciones óptimas, por la sobreexplotación de años anteriores y falta de mantenimiento, por lo cual no pueden emplearse a fondo. La otra es que sencillamente no se quiere iluminar al país.
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