martes, 7 de septiembre de 2010

Hidroeléctricas dejan pasar buen momento del río

Natalie García
ngarcia@correodelcaroni.com
Foto William Urdaneta

La apertura de las compuertas de la represa Simón Bolívar y el consecuente alivio del sistema de presas del bajo Caroní (Francisco de Miranda y Antonio José de Sucre) pusieron en evidencia el "equivocado manejo del sistema hidroeléctrico del país, porque se ha perdido el rumbo de cómo interpretar el comportamiento del río".

El experto en sistemas eléctricos y consultor internacional, José Aguilar, reseña que "un embalse bien llevado rara vez debería aliviar, pero en los últimos 36 meses de gestión en Guri se ha aliviado el 25 por ciento de las veces", lo que a su juicio revela problemas.

"Hay que decir que se trata de un problema estructural, no un caso puntual, así como lo señala el presidente de Edelca en sus declaraciones. Durante casi cinco días estuvimos aliviando porque se decidió no generar más y botar el agua, que nos podría servir para más adelante y que podría haber generado en Caruachi y Macagua 1.900 megavatios que no se generaron, no sabemos por qué".

Explica Aguilar que el alivio del embalse de Guri permitió un incremento en los aportes a las represas Caruachi y Macagua, que en tales condiciones pudieron haber dado al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) entre 1.800 y 1.900 megavatios, suficientes para mermar los racionamientos que aún se mantienen en el interior del país.

Interrogantes eléctricas

Las causas por las cuales las dos hidroeléctricas no aumentaron la generación eléctrica tras el alivio de Guri, ubicada a 100 kilómetros de la desembocadura del Orinoco, son desconocidas, advierte el ingeniero que a su vez dibuja dos situaciones posibles: "nos han dicho que las cosas están bien y no lo están, lo que es un pecado en la actual situación; o las turbinas están bien y no les da la gana de generar más energía que mitigaría los efectos negativos a la población, que es lo peor aunque impensable".

Tales detalles recalcan que el manejo del sistema hidroeléctrico, que suministra más del 70 por ciento de la energía del país, no es aprovechado sanamente para el beneficio de la población y de los equipos que integran la complejidad de las presas.

"En los cuatro o cinco días de alivio se botó un volumen importante, pero se trata de una pérdida que se pudo haber evitado, porque teniendo en cuenta la indisponibilidad del SEN se pudo haber generado más y decidimos no hacerlo, lo que nos ha llevado a botar el agua, justo cuando llega septiembre y los aportes del Caroní empiezan a bajar".

Aclara que la recuperación del embalse de Guri durante este 2010 se debió a un fenómeno atípico donde los aportes fueron muy superiores a los registrados en períodos similares en años anteriores.

"En dos meses llenamos el embalse, pero se trata de un año atípico, y septiembre no es un mes tan generoso como julio y agosto, así que el manejo de la hidrología debe ser más ajustado a la realidad. Aliviar fue innecesario".

Problemas sostenidos

Explica José Aguilar que el aliviadero de una represa existe para ayudarla a manejar los caudales extraordinarios, y cuando ésta se llena por mal manejo hay que aliviarlo. Todo esto nos muestra que se ha perdido el rumbo, de cómo interpretar el comportamiento del río, y da la impresión de que lo estamos manejando de una manera muy parroquiana, requiere no de aritmética sino de matemáticas avanzadas".

Alguna de las características del llamado mal manejo de la compleja hidrología del Caroní incluyen: generar a toda máquina cuando hay poco agua, tal y como ocurrió el pasado año cuando los aportes del Caroní empezaron a bajar por el fenómeno de El Niño y se "sobre explotó" embalse y disminuir la generación cuando la presa recuperó vertiginosamente el nivel óptimo de generación, situado en cota 261 metros sobre el nivel del mar.

"En una investigación que está por concluir, sobre la gestión del Guri se evidencia el mundo al revés, generamos cuando no debemos y no recortamos cuando debemos y es muy cuestionable lo que está pasando, pareciera que fuera adrede, se ignoraron las advertencias que el río dio en el 2009 cuando El Niño obligaba a hacer un recorte en lo turbinado y no se hizo, se trata de una estrategia que no es la correcta".

Considera que el complejo sistema del Caroní se está tomando "muy pueblerinamente, y es extraño porque Edelca ha tenido importantes profesionales y tiene una ingeniería que es referencia y cuenta con muy buenos métodos".

Altísimo costo

Las "erradas decisiones" dan cuenta, según los cálculos hechos por el ingeniero Aguilar, que unos 15 millones de venezolanos se vieron afectados por día por la ausencia de la generación (1.900 megavatios) que se pudo haber incorporado al SEN.

Otros datos revelan que durante el período de alivio de las presas (del 29 de agosto al 2 de septiembre) el río aportó 4.565.38 miles de millones de metros cúbicos, de los cuales se turbinaron (usaron para generar energía) 2.064.18 miles de millones de metros cúbicos y se aliviaron 654.13 miles de metros cúbicos, desperdiciando con esto unos 821.24 miles de metros cúbicos. En energía esto representa unos 150 gigavatios hora que también fueron desperdiciados, equivalentes a unos 332.574 barriles de petróleo y al 1 por ciento del volumen útil del embalse de Guri, agua que podría ser necesaria para cuando llegue la próxima época de estiaje.

Retroceso histórico

Los análisis realizados por el ingeniero José Aguilar abarcan desde el estado de las represas hasta las consecuencias finales de la situación eléctrica.

Entre sus planteamientos e investigaciones el experto ha descubierto que Guayana retrocedió 22 años desde el punto de vista eléctrico, porque aún enfrentando la peor sequía hasta ahora registrada después de la finalización de la construcción de la segunda casa de máquinas en Guri, en 1988, se produjeron 3.8 millones de toneladas métricas de acero, siendo para la época 2.219 megavatios la demanda energética.

En la actualidad la demanda se ubica en 2.249-2.300 megavatios y para este 2010 se espera sean producidos 1.6 millones de toneladas métricas de acero, un número mucho menor al de 1988, cosa que a juicio de Aguilar es preocupante.

Falla en Caracas

El problema ocurrido en Caracas este fin de semana, no tiene nada que ver con las dificultades que atraviesan las represas del bajo Caroní, y está más relacionado con falta de mantenimiento en los equipos del sistema que suministra el servicio en la capital del país, según explica José Aguilar.

En este sentido comenta que lo sucedido en Caracas conforma parte de la crisis eléctrica, y la desinversión en las áreas de transmisión y distribución que juegan especial importancia.

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