Las argumentaciones sobre sabotajes en fallas eléctricas y en la refinería de Amuay, sin base ni prueba alguna, son sólo pretextos para esconder la verdad: incompetencia, falta de inversión y mantenimiento, además de corrupción. El Gobierno es el único responsable de lo ocurrido y de lo que pueda suceder en la industria petrolera y en el sector eléctrico. En lo que va de semana, se han producido otras fallas eléctricas en más de once estados que paralizan toda actividad. No hay que ser adivinos para predecir nuevos apagones, sobre todo en diciembre, cuando el consumo se dispare con las festividades navideñas. No tiene nada de raro que tengamos Navidades en penumbras por falta de iluminación en el ornato público. El golpe eléctrico, que sin ningún rubor fabricó Nicolás Maduro, para buscar culpables en la oposición y dar la única explicación al por qué casi todo el país se quedó a oscuras, es la continuación de la emergencia eléctrica decretada por Hugo Chávez en el año 2009 y que le sirvió de excusa para traer al cerebro de la inteligencia cubana, Ramiro Valdés, para que comandara a los cubanos en el país, si intentaban sacarlo del poder como consecuencia de los efectos devastadores de la crisis eléctrica. Ahora volvemos por los mismos fueros cubanos, y el mismo día del apagón, el ministro de Electricidad, Jesse Chacón, se encontraba en La Habana, reunido con Ramiro Valdés, para escuchar la solución que terminaría con los apagones que amargan a los venezolanos y que de manera inmisericorde sufren los cubanos desde hace 50 años. Tienen 3 meses intentando vendernos cientos de plantas diesel y de fuel oil prehistóricas, para atender las emergencias y sortear los apagones que ellos mismos no pueden evitar en Cuba. Otro guiso a punto de consumarse, tan grave como la gran estafa urdida por los “bolichicos” –Leopoldo Alejandro Betancourt López y Pedro Trebau López– que obtuvieron obscenos contratos energéticos. La compra de las obsoletas plantas de emergencia cubanas, con más de 25 y 30 años, sin garantía de repuestos, no podrán resolver los cortes de luz. Jesse Chacón fue incapaz de aliviar la crisis como lo prometió y los apagones son y serán más frecuentes durante su gestión. Mal momento para anunciar aumentos de tarifas.
Black out inevitable
La falla en la red troncal, columna vertebral del Sistema Interconectado Nacional, no ocurrió por operaciones por encima de las capacidades. Fuentes internas de Corpoelec revelan la historia de la famosa malla que ocasionó el apagón: “Desde hace algunos años, en los alrededores de la torre 6 de la línea La Horqueta-La Arenosa de 765 kv se empezó a formar un vertedero de basura, que comenzó a atraer zamuros que utilizaban la torre de posadero. Las heces de los zamuros caían sobre los aisladores y los contaminaban, lo que provocó varias fallas en esa línea. Ante la desidia de las autoridades competentes, el personal de Operación y Mantenimiento ingenió un sistema de protección para evitar que los zamuros se posaran y colocaron una malla de plástico, resistente, anclada por varias esquinas. Lo que ocurrió es que el viento, la lluvia y el sol inclemente fueron debilitando los amarres de la malla, que se soltó de un lado y comenzó a bambolear por una esquina. Con la lluvia y el movimiento se redujo la distancia de seguridad entre las partes vivas de la línea y las estructuras puestas a tierra. Eso provocó que saltara un arco eléctrico y se produjera la falla. A los tres segundos se disparó la otra línea, San Gerónimo-La Arenosa, que colapsó las tensiones y el black out fue inevitable”.
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