sábado, 27 de agosto de 2011
"Ese apagón de doce horas no tiene justificación alguna"
JAVIER BRASSESCO | EL UNIVERSAL
viernes 26 de agosto de 2011
Enlace al artículo en El Universal
Experto afirma que la explicación oficial del corte eléctrico es poco satisfactoria
La explicación oficial que se ofreció sobre el apagón de hasta doce horas que se sufrió ayer en el suroeste de la ciudad no tiene ningún sentido para José Manuel Aller, coordinador del grupo de investigación Sistemas Indutriales de Electrónica de Potencia, de la Universidad Simón Bolívar.
Según explicó Argenis Chávez, viceministro de Desarrollo Eléctrico del Ministerio de Energía Eléctrica, la avería que tuvo sin luz a algunas zonas del suroeste desde las tres de la tarde del miércoles hasta la madrugada del jueves, ocurrió como consecuencia de la caída del cable de guarda sobre varias líneas de transmisión de la subestación El Junquito, lo que activó los sistemas de protección de las subestaciones Antímano y Montalbán.
Sin embargo, según explica Aller, la caída de un cable de guarda no tiene por qué afectar el servicio eléctrico por horas: "Se trata de una avería rutinaria que se debe arreglar en media hora, pero el servicio, mientras tanto, debe sustituirse a través de otro ramal. Pueden ser algunos segundos sin luz. ¿Horas? Jamás. Cuando un circuito se va pues otro lo alimenta, sobre todo en una carga pequeña como esta (60 MW)".
Además de asegurar que algo así jamás pasó mientras el servicio eléctrico estuvo en manos privadas, cree que el apagón se debió a que muchas cosas no están en orden: "Para explicar un apagón de tantas horas no basta con esa avería, tienen que haber subestaciones fuera de servicio, interruptores deficientes, sistemas de protección que no operan y cuadrillas mal preparadas".
Explica que la línea de guarda es la que protege de descargas atmosféricas, y su caída, bien por esto o por envejecimiento, es una falla rutinaria.
Dice que en muchos casos la caída del cable de guarda puede cargar de energía la torre, y que tal vez fue eso lo que causó la muerte de una persona que estaba montada en la torre eléctrica en el barrio La Acequia, en Mamera. El accidente también pudo haber ocurrido porque alguien tocó los cables: "Estas líneas de alta tensión (al menos 69 kilovoltios) provocan la muerte instantánea de quien las toca". No cree que se trate de alguien que intentaba robar energía, al menos que lo haya hecho por ignorancia: "Con estos niveles de tensión nadie puede robar energía".
El servicio volvió por etapas
Mientras en varias zonas de El Junquito el servicio eléctrico volvió a la normalidad a las cinco de la tarde, en Montalbán no se restituyó hasta pasadas las dos de la madrugada de ayer, lo que causó todo tipo de inconvenientes en la población.
Lo único que se veía con luz en toda la zona era el hospital Cardiológico Infantil, pues tiene su propia planta. Las luces de emergencia de los edificios no aguantaron más que dos horas en el mejor de los casos, y todas las puertas eléctricas de los estacionamientos debieron ser operadas manualmente.
María Alexinely Pérez contó que muchos ni siquiera podían comunicarse por celular, pues el apagón causó fallas en las líneas Digitel, mientras que Josefa Mijares relató que tuvieron que subir a su suegra (en silla de ruedas) por las escaleras hasta el piso 16 de uno de los edificios del Juan Pablo II.
viernes 26 de agosto de 2011
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Experto afirma que la explicación oficial del corte eléctrico es poco satisfactoria
La explicación oficial que se ofreció sobre el apagón de hasta doce horas que se sufrió ayer en el suroeste de la ciudad no tiene ningún sentido para José Manuel Aller, coordinador del grupo de investigación Sistemas Indutriales de Electrónica de Potencia, de la Universidad Simón Bolívar.
Según explicó Argenis Chávez, viceministro de Desarrollo Eléctrico del Ministerio de Energía Eléctrica, la avería que tuvo sin luz a algunas zonas del suroeste desde las tres de la tarde del miércoles hasta la madrugada del jueves, ocurrió como consecuencia de la caída del cable de guarda sobre varias líneas de transmisión de la subestación El Junquito, lo que activó los sistemas de protección de las subestaciones Antímano y Montalbán.
Sin embargo, según explica Aller, la caída de un cable de guarda no tiene por qué afectar el servicio eléctrico por horas: "Se trata de una avería rutinaria que se debe arreglar en media hora, pero el servicio, mientras tanto, debe sustituirse a través de otro ramal. Pueden ser algunos segundos sin luz. ¿Horas? Jamás. Cuando un circuito se va pues otro lo alimenta, sobre todo en una carga pequeña como esta (60 MW)".
Además de asegurar que algo así jamás pasó mientras el servicio eléctrico estuvo en manos privadas, cree que el apagón se debió a que muchas cosas no están en orden: "Para explicar un apagón de tantas horas no basta con esa avería, tienen que haber subestaciones fuera de servicio, interruptores deficientes, sistemas de protección que no operan y cuadrillas mal preparadas".
Explica que la línea de guarda es la que protege de descargas atmosféricas, y su caída, bien por esto o por envejecimiento, es una falla rutinaria.
Dice que en muchos casos la caída del cable de guarda puede cargar de energía la torre, y que tal vez fue eso lo que causó la muerte de una persona que estaba montada en la torre eléctrica en el barrio La Acequia, en Mamera. El accidente también pudo haber ocurrido porque alguien tocó los cables: "Estas líneas de alta tensión (al menos 69 kilovoltios) provocan la muerte instantánea de quien las toca". No cree que se trate de alguien que intentaba robar energía, al menos que lo haya hecho por ignorancia: "Con estos niveles de tensión nadie puede robar energía".
El servicio volvió por etapas
Mientras en varias zonas de El Junquito el servicio eléctrico volvió a la normalidad a las cinco de la tarde, en Montalbán no se restituyó hasta pasadas las dos de la madrugada de ayer, lo que causó todo tipo de inconvenientes en la población.
Lo único que se veía con luz en toda la zona era el hospital Cardiológico Infantil, pues tiene su propia planta. Las luces de emergencia de los edificios no aguantaron más que dos horas en el mejor de los casos, y todas las puertas eléctricas de los estacionamientos debieron ser operadas manualmente.
María Alexinely Pérez contó que muchos ni siquiera podían comunicarse por celular, pues el apagón causó fallas en las líneas Digitel, mientras que Josefa Mijares relató que tuvieron que subir a su suegra (en silla de ruedas) por las escaleras hasta el piso 16 de uno de los edificios del Juan Pablo II.
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