lunes, 8 de agosto de 2011
Sobre el consumo eléctrico “exagerado”, según Ali Rodriguez - Manuel Guevara
Manuel Guevara Baro / 7 de agosto de 2011
El gobierno nacional ha puesto en práctica desde el 15 de julio de 2011 un programa de medidas con multas e “incentivos” a los consumidores para reducir el consumo de electricidad, alegando que durante los últimos meses la demanda eléctrica ha aumentado exageradamente. Como resultado de estas medidas, dice el gobierno, la demanda eléctrica ha descendido; sin embargo, los racionamientos en el interior del país continúan; en Guri, la energía se desperdicia con el agua que se alivia; el sistema de transmisión no tiene capacidad para transportar hacia el resto del país toda la energía que allí podría generarse.
Para justificar las medidas, el ministerio de Energía Eléctrica no ha mostrado a la opinión pública las cifras de consumo de electricidad mes a mes, donde se evidenciaría el aumento exagerado del consumo; no nos dice cuál ha sido el período de análisis o cuál ha sido el punto de partida para establecer las comparaciones: ¿junio de 2010?, cuando cesó el decreto de emergencia eléctrica, ¿o enero de 2011? Simplemente, el ministro Ali Rodriguez Araque dice que la demanda aumentó exageradamente; ¡hay que reducir el consumo “excesivo” y punto! ¿Qué es y cómo se mide el consumo excesivo? No hay manera de verificar las afirmaciones del ministro porque el ministerio cerró al público, el 16 noviembre del 2010, la página WEB de OPSIS donde se informaba la situación del Sistema Eléctrico Nacional y de sus indicadores.
Una vez pasada la emergencia eléctrica, en junio de 2010, y que cesaran las restricciones al consumo en oficinas públicas, centros comerciales y empresas, era natural que la demanda de electricidad subiera a una alta tasa. En términos absolutos, según el ministro Ali Rodríguez Araque la demanda eléctrica del 2010 (115.308 GWh) fue inferior a la del 2009 (123.000 GWh). Nunca Venezuela había experimentado una reducción semejante en su consumo eléctrico; un claro signo de retroceso en la calidad de vida y en la productividad del país. En el 2011 se prevé que el consumo de energía eléctrica aumente con respecto al 2010, pero que estará aún por debajo a la del 2009, por la debacle de las industrias de Guayana y los racionamientos.
¿Será que se pretende, que una sociedad como la nuestra con tantas carencias y con tantas potencialidades no desarrolladas no aumente su consumo energético o lo mantenga frenado, pese al aumento poblacional? Llama la atención que en el proyecto inicial de Ley de Eficiencia y Ahorro Energético que el oficialismo llevó a discusión en la Comisión de Administración y Servicios de la Asamblea Nacional, el objetivo de dicha ley era reducir el consumo energético del país ¡en términos absolutos!
El aumento “exagerado” del consumo es una treta del gobierno para evadir su responsabilidad en el déficit eléctrico y justificar los continuos racionamientos de electricidad, por su incapacidad de satisfacer la demanda por no ser capaz de reparar las unidades generadoras fuera de servicio ni de poner en operación oportunamente las nuevas plantas de generación anunciadas una y otra vez.
Ali Rodriguez nos dice que en Venezuela el consumo de energía eléctrica per capita es superior en un 14% al consumo de otros países de Latinoamérica. No dice el ministro que Venezuela, como productor de petróleo, petroquímica, aluminio, acero, hierro y otros productos metalúrgicos que es, industrias todas intensivas en energía, por fuerza tiene que consumir más energía, per capita, que los países con economías menos intensivas en energía y con un menor grado de electrificación que Venezuela. ¿Por qué Ali Rodríguez no compara el consumo per capita de Venezuela con el de otros países productores de petróleo y con grandes industrias siderúrgicas, de aluminio; países que duplican, triplican, cuadruplican o más el consumo eléctrico per capita del país?
El gobierno dice que ha gastado miles de millones de dólares para resolver la crisis eléctrica pero ésta persiste y puede empeorar. Anuncian el arranque comercial de nuevas plantas que no terminan de operar por falta de pagos a los contratistas, porque no hay suficiente gas, porque falta el sistema de combustible o porque no han pagado los viáticos a los técnicos para hacer las pruebas finales. Cada semana se prometen nuevos proyectos de generación, sin planificación. Siempre se ha dicho que el negocio está en comprar plantas eléctricas e importarlas. ¡Ah, la culpa de la crisis eléctrica radica en que los venezolanos somos derrochadores!
Ante el fracaso gubernamental, ahora se nos quiere convencer de que el país no puede erogar anualmente los montos de inversión requeridos para instalar las plantas generadoras y los sistemas de transmisión y distribución que requiere nuestro desarrollo económico y social, por lo cual la única opción del gobierno sería reducir a juro el consumo con los racionamientos y las multas. Nuestro gobierno, sin embargo, gasta, sin rendición de cuentas, miles de millones de dólares todos los años en transferencias y regalos a Cuba, Nicaragua, Bolivia, Ecuador y otros países y en la compra de armas.
¿Será que el propósito de los estrategas de la revolución, a mediano plazo, es que reduzcamos el consumo energético per capita de Venezuela, acercándonos al de los países más pobres de la región (esperemos que no pretendan emular a Cuba), y así, acabar de raíz el problema que nos acosa: el consumo excesivo y el despilfarro energético de los venezolanos? ¡Brillantes!
El gobierno nacional ha puesto en práctica desde el 15 de julio de 2011 un programa de medidas con multas e “incentivos” a los consumidores para reducir el consumo de electricidad, alegando que durante los últimos meses la demanda eléctrica ha aumentado exageradamente. Como resultado de estas medidas, dice el gobierno, la demanda eléctrica ha descendido; sin embargo, los racionamientos en el interior del país continúan; en Guri, la energía se desperdicia con el agua que se alivia; el sistema de transmisión no tiene capacidad para transportar hacia el resto del país toda la energía que allí podría generarse.
Para justificar las medidas, el ministerio de Energía Eléctrica no ha mostrado a la opinión pública las cifras de consumo de electricidad mes a mes, donde se evidenciaría el aumento exagerado del consumo; no nos dice cuál ha sido el período de análisis o cuál ha sido el punto de partida para establecer las comparaciones: ¿junio de 2010?, cuando cesó el decreto de emergencia eléctrica, ¿o enero de 2011? Simplemente, el ministro Ali Rodriguez Araque dice que la demanda aumentó exageradamente; ¡hay que reducir el consumo “excesivo” y punto! ¿Qué es y cómo se mide el consumo excesivo? No hay manera de verificar las afirmaciones del ministro porque el ministerio cerró al público, el 16 noviembre del 2010, la página WEB de OPSIS donde se informaba la situación del Sistema Eléctrico Nacional y de sus indicadores.
Una vez pasada la emergencia eléctrica, en junio de 2010, y que cesaran las restricciones al consumo en oficinas públicas, centros comerciales y empresas, era natural que la demanda de electricidad subiera a una alta tasa. En términos absolutos, según el ministro Ali Rodríguez Araque la demanda eléctrica del 2010 (115.308 GWh) fue inferior a la del 2009 (123.000 GWh). Nunca Venezuela había experimentado una reducción semejante en su consumo eléctrico; un claro signo de retroceso en la calidad de vida y en la productividad del país. En el 2011 se prevé que el consumo de energía eléctrica aumente con respecto al 2010, pero que estará aún por debajo a la del 2009, por la debacle de las industrias de Guayana y los racionamientos.
¿Será que se pretende, que una sociedad como la nuestra con tantas carencias y con tantas potencialidades no desarrolladas no aumente su consumo energético o lo mantenga frenado, pese al aumento poblacional? Llama la atención que en el proyecto inicial de Ley de Eficiencia y Ahorro Energético que el oficialismo llevó a discusión en la Comisión de Administración y Servicios de la Asamblea Nacional, el objetivo de dicha ley era reducir el consumo energético del país ¡en términos absolutos!
El aumento “exagerado” del consumo es una treta del gobierno para evadir su responsabilidad en el déficit eléctrico y justificar los continuos racionamientos de electricidad, por su incapacidad de satisfacer la demanda por no ser capaz de reparar las unidades generadoras fuera de servicio ni de poner en operación oportunamente las nuevas plantas de generación anunciadas una y otra vez.
Ali Rodriguez nos dice que en Venezuela el consumo de energía eléctrica per capita es superior en un 14% al consumo de otros países de Latinoamérica. No dice el ministro que Venezuela, como productor de petróleo, petroquímica, aluminio, acero, hierro y otros productos metalúrgicos que es, industrias todas intensivas en energía, por fuerza tiene que consumir más energía, per capita, que los países con economías menos intensivas en energía y con un menor grado de electrificación que Venezuela. ¿Por qué Ali Rodríguez no compara el consumo per capita de Venezuela con el de otros países productores de petróleo y con grandes industrias siderúrgicas, de aluminio; países que duplican, triplican, cuadruplican o más el consumo eléctrico per capita del país?
El gobierno dice que ha gastado miles de millones de dólares para resolver la crisis eléctrica pero ésta persiste y puede empeorar. Anuncian el arranque comercial de nuevas plantas que no terminan de operar por falta de pagos a los contratistas, porque no hay suficiente gas, porque falta el sistema de combustible o porque no han pagado los viáticos a los técnicos para hacer las pruebas finales. Cada semana se prometen nuevos proyectos de generación, sin planificación. Siempre se ha dicho que el negocio está en comprar plantas eléctricas e importarlas. ¡Ah, la culpa de la crisis eléctrica radica en que los venezolanos somos derrochadores!
Ante el fracaso gubernamental, ahora se nos quiere convencer de que el país no puede erogar anualmente los montos de inversión requeridos para instalar las plantas generadoras y los sistemas de transmisión y distribución que requiere nuestro desarrollo económico y social, por lo cual la única opción del gobierno sería reducir a juro el consumo con los racionamientos y las multas. Nuestro gobierno, sin embargo, gasta, sin rendición de cuentas, miles de millones de dólares todos los años en transferencias y regalos a Cuba, Nicaragua, Bolivia, Ecuador y otros países y en la compra de armas.
¿Será que el propósito de los estrategas de la revolución, a mediano plazo, es que reduzcamos el consumo energético per capita de Venezuela, acercándonos al de los países más pobres de la región (esperemos que no pretendan emular a Cuba), y así, acabar de raíz el problema que nos acosa: el consumo excesivo y el despilfarro energético de los venezolanos? ¡Brillantes!
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