jueves, 11 de agosto de 2011

La luz en Margarita pende de un hilo

Enlace al artículo en Código Venezuela

Mariángela Velásquez: La isla podría quedarse a oscuras por varios meses si se daña el maltrecho cable

Los problemas con la electricidad en Margarita pican y se extienden. Las familias deben soportar interrupciones diarias del servicio y además pagar las exorbitantes multas que aparecieron en la última factura de Corpoelec, sin que se avizore una solución permanente a un servicio público de primera necesidad.

El malestar en Margarita ha sido tal que el legislador al Consejo Legislativo del Estado Nueva Esparta (Clene), Jony Rahal, solicitará este miércoles un recurso de nulidad ante el Tribunal Supremo de Justicia por las sanciones impuestas a todo el que consume más de 800 kilovatios mensuales.

Cientos de personas han consignado sus reclamos ante el Indepabis regional, alegando que el castigo, por no reducir el consumo un diez por ciento en relación a la luz que usaban en 2009, es desproporcionado. El viernes está convocada una manifestación frente a la sede de Corpoelec.

La cosa es en serio

Los expertos aseguran que si no se toman medidas urgentes, Margarita podría quedarse a oscuras por meses. Jesús Rafael Pacheco Pimentel, profesor titular de Ingeniería Eléctrica en Universidad Simón Bolívar y candidato a doctor en Ciencias de Ingeniería de la Universidad Central de Venezuela, dice que es necesaria una inversión importante y una optimización de los programas de mantenimiento para aliviar la compleja situación.

Una de las prioridades sería la instalación de otro cable submarino. Pacheco señala que el existente estaba diseñado para transmitir unos 90 MW pero que su capacidad actual alcanza los 60 MW, por su obsolescencia y por las fugas de aceite que merman su desempeño.

Corpoelec se hace la vista gorda. Los especialistas aseguran que las fugas de aceite son una importante fuente de contaminación marina y que la compañía eléctrica sabe que existen porque debe inyectar aceite constantemente para mantener la integridad del cable. Sin embargo, no contrata a buzos para detectarlas y repararlas.

Con una demanda que fluctúa entre 310 y 340 MW y un cable submarino envejecido y mal mantenido, Margarita debería generar 280 MW para cubrir sus necesidades y esto no ocurre, señala Pacheco.

Los planes de distribución de carga han permitido a Corpoelec mantener a duras penas el servicio. Pero Pacheco advierte que un daño permanente en el maltrecho cable, producto de una pérdida repentina en la generación local, podría dejar a Margarita a oscura durante varios meses.

Ese escenario, aunque aterrador, no luce descabellado. ¿Corpoelec está preparado para sacar bajo la manga un plan B, si un hecho de semejante naturaleza llegara a ocurrir? El comisionado Nacional de Transmisión Eléctrica, Cristóbal Páez, anunció el mes pasado que ya comenzaron los estudios para reemplazar el cable, que fue instalado en 1976, por uno con una capacidad de 400 MW.

Entretanto, los margariteños se han acostumbrado a quedarse sin luz a cualquier hora, sin previo aviso, porque la empresa de energía del estado rara vez cumple con el cronograma de cortes programados que publica a diario en su página web. Y para ñapa, cuando llega la luz, no se pueden usar los calentadores, ni los aires acondicionados, ni las cocinas eléctricas, porque a fin de mes no hay quien pueda pagar la multa desvergonzada de Corpoelec.

Sobre la autora

Mariángela Velásquez (Caracas, 1969) es una periodista egresada de la UCV que ha intentado en varias ocasiones alejarse del oficio. Comenzó su carrera al revés. Primero escribiendo en Caracas para un periódico especializado cuando no entendía nada de economía, luego editando información en Miami para una agencia internacional de noticias, hasta aterrizar en Nueva Esparta y disfrutar de la riqueza informativa del periodismo de provincia. En la actualidad comparte su rol de mamá con el de editora del portal elestenoticias.com

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