Los residentes de 25 de Marzo, en San Félix, reconocen que el coctel tranca de vía y quema de cauchos perjudica al colectivo, y tampoco garantiza una respuesta inmediata, pero mejor ello que atravesar la ruta de la administración pública. En todo caso, las protestas populares son el medio más recurrente de los sectores necesitados para llamar la atención de las autoridades. Así ocurrió este fin de semana en la vía a Río Claro, que se ha convertido en el epicentro de las manifestaciones de las familias víctimas de los apagones.
Mariana Alejandra Ramírez - Correo del Caroní 06/06/2010
"Sabemos que estamos perjudicando a muchas personas pero es que no hay manera de que nos escuchen" es la excusa que dan residentes del sector 25 de Marzo por la interrupción constante del paso vehicular de la vía de Rio Claro, ejecutado por algunos vecinos como medida de presión, ante las constantes fallas en el suministro de energía eléctrica.
La noche del pasado viernes los vecinos descontentos y esperando respuesta de Cadafe cerraron el acceso vehicular por cerca de cuatro horas en exigencia del restablecimiento del servicio de electricidad en decenas de hogares de los sectores de la vía de Rio Claro, 25 de Marzo y El Progreso, que se vieron afectados por una falla que los dejó a oscuras por 20 horas.
José Mago y Alexis Betancourt, ambos habitantes de la manzana 27 de 25 de Marzo, se confiesan partidarios de estas medidas que "aunque parezcan arbitrarias", aseguran han sido la única forma de hacerse notar por las autoridades, "aunque igual no vienen. Nosotros nos hemos acostumbrado a estar sin luz y ellos a no venir, llega la policía y ya", se queja Mago.
Para Betancourt el problema dejó de ser algo circunstancial para convertirse en una "enfermedad", dice que los servicios cada día están en peor estado y reprocha al gobierno central el deterioro que han sufrido, "dijeron que con la llegada de las lluvias pero ha sido peor, entonces uno se pregunta ¿para obtener respuestas hay que trancar vías y quemar cauchos?".
Pérdidas que lamentar
Pero para Delia Canales, habitante del sector Río Claro, las respuestas de la municipalidad o de la Gobernación no son suficientes. "Uno va a las oficinas y pasa dos cosas: o no encuentras con quién hablar o hay demasiada gente y terminan diciéndote tres cosas pero nunca resuelven los problemas. Ya no hayan a quién echarle la culpa de nuestros males", critica.
Con los apagones perdió un televisor y cree que no será lo último que se le va a dañar si continúan las irregularidades con el servicio de electricidad, "no estoy de acuerdo con que tranquen la vía, pero es la única forma de que vengan hasta acá", afirma.
Antonio López ha perdido más de un kilo de carne en su carnicería a causa de los apagones. Parece llevar anotadas en la mente, con riguroso detalle, las veces que la luz lo ha obligado a "ponerse creativo" con la mercancía para evitar que se dañe.
"Aquí se va la luz siempre" se queja, y continúa "el día aquel que cayó el palo de agua, hace dos semanas se fue la luz por un día entero, a los tres días se fue 8 horas y ahora esto".
Aunque ha consentido el cierre de la carretera asegura que las acciones no son efectivas, "estamos ocasionando daños a la gente dejándolos aislados, pero no nos queda de otra, habrá que seguir en esto hasta que nos escuchen", comenta.
Protestar por respuestas
Esta interrogante fue respondida por un monitoreo de las protestas realizadas en 2009, según un informe presentado en marzo de este año por el Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea) y la Organización No Gubernamental Espacio Publico, que demuestra esta medida como una acción recurrente a la hora de exigir al Estado mejoras en los servicios básicos.
Esto sucede, según Marco Ponce investigador del derecho a la manifestación pacífica de Provea, después que las comunidades agotan todas las vías regulares y visitan los organismos encargados de dar respuesta.
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