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Desde tu más remota existencia fuiste presa de ella. Naciste con esas características propias y encubiertas de las que hiciste gala al ser tan exclusivamente tuyas: maldad, egolatría, insensatez, mediocridad, envidia, indolencia, ignorancia, irremediables complejos, ansias de figurar a toda costa y de dominar porque simplemente eras y tenía que ser tú, tú y tú. El narcisismo y la egolatría elevados a su máximo exponente.
Viniste de lo más humilde de nuestro pueblo, de donde venimos, -a mucha honra, - la mayoría de los ciudadanos que sacrificadamente construyeron este país que tú siempre odiaste y despreciaste como mal hijo suyo que eres. Pero he aquí, también la principal diferencia.
Naciste -tal vez justificadamente- resentido, acomplejado y perverso, y continuaste siempre así. Nunca intentaste corregirte al sentirte un imprescindible Alejandro Magno caribeño, cuando más bien resultas un impresentable Pedro Carujo. Lo traes en la sangre, herencia de aquel palurdo cuatrero y agitador apodado Maisanta, tu bisabuelo, que cuando el general Gómez se obstinó de sus dislates, lo mandó a pasar engrillado el resto de su existencia. Tú llevas esa misma tara en tus genes, y lo peor es que te jactas de ello.
Fuiste golpista por antonomasia, no por necesidad nacional como alegas para escudar tu delito. Engañaste a todo un país con la excusa de tu empastelado bolivarianismo robinsoniano y zamorano, mazacote que nadie entendió y mucho menos te creyó una vez en la presidencia. Te vendiste como el curalotodo, como el líder, y “al líder no se le critica ni se le corrige”, palabras tuyas… ¿Cierto Tribilín?
Bien lo dijo Uslar Pietri refiriéndose a ti, luego de su análisis por tus insurrectas apariciones en aquel ya lejano febrero:
En compensación por esos graciosos hechos tuyos, además nos restregaste en la cara la que un día fuera tu humilde familia, ahora viviendo en imperiales mansiones, convertida en latifundista; moviéndose en imperiales aviones, helicópteros y automóviles; alojándose en imperiales hoteles; haciendo uso de imperiales y exquisitos servicios propios de la riqueza mal habida, degustando suculentas comidas y añejísimas bebidas, acudiendo a imperiales espectáculos capitalistas como el de Madonna, mostrando impúdicos fajos de imperiales dólares en sus manos… Hasta tú andas en carros Bentley y te retratas con modelos famosas que calman tu caprichoso furor metrosexual a cambio de unos sustanciosos y adecuados centenares de miles de dólares que nunca han sido tuyos.
¡Y no hablemos de los servicios médicos para tus enfermedades que pagas con dinero robado a los nacionales del que jamás rindes cuentas! Equipos especiales costosísimos y exclusivos, médicos y clínicas especialistas en tu afección… ¡Así es tu socialismo Hugo! ¡Tú verdaderamente tienes más cara que espalda! ¡Lo mejor para ti! Y para los demás, ranchos, variadas enfermedades, miseria, inseguridad, carencias absolutas, hambre y atención médico-bodeguera de cubanos espías. ¡Que se jodan! Todo esto con 1,3 trillones de dólares de ingreso petrolero para 30 millones de habitantes. No te da ni vergüenza. Eres un perverso amoral.
Por tu ignorancia y ansias de mayor poder, apartaste a los más capaces y competentes de tu lado, ni siquiera los escuchaste, y preferiste hacerlo amigablemente de la escoria, de los tramposos y de los genocidas del mundo: Fidel, Gadaffi, Husseín, Puttin, Admadineyad, Bashar Al Asad, Ortega, los Kirchner, las FARC, la ETA, y pare de contar… Ignoras que ellos solamente son amigos del dinero de Venezuela que tú les regalas a maletinazo limpio, no por benevolente solidaridad humana como predicas, sino para comprar su apoyo para instalar tu barbarie en nuestro continente, tal como pagan los que se valen de las prostitutas, que les hacen favores hasta que dejan de pagarles y se les acaba el amor. Solo te quedan horas para terminar de comprobarlo totalmente. ¿Apostamos Hugo?
¿Dónde estarán y quienes irán a ser tus nuevos mejores amiguitos cuando ya no seas nada ni nadie, cuando te repudien internacionalmente y tú, tu familia y tu banda se pasen el resto de la vida como unos parias errantes y ocultos? ¿Dónde te vas a esconder que no pueda alcanzarte la larga mano de la justicia? ¡Qué problemita el que tienes y que lógicamente carcome tus sesos y consume tu existencia! Pero de cualquier forma tu comprobada cobardía te llevará a huir del país para evadir los juicios con destino incierto y con la inmensa preocupación de que al primer reclamo policial y judicial de cualquier gobierno, desde el de Fidel hasta el último y él de primero como siempre, todos por razones económicas y de desentendimiento de probables problemas, te lanzarán al pajón y te entregarán al tribunal que haya de juzgarte junto a los tuyos diciendo que ellos no sabían nada.
Oprimiste, vejaste y humillaste hasta el hartazgo a los venezolanos que te adversamos por ese simple hecho que jamás lograste entender. Encarcelaste, dejaste arruinados en la calle, y condenaste a muerte por homicidio o suicidio, por expresas órdenes tuyas, a inocentes adversarios de tu asquerosa y canallesca política. Dividiste al país hasta el extremo posible, en rojos y no rojos como si no fuésemos todos parte de un mismo pueblo. ¡Vaya manera de sembrar el odio que ahora estás pagando caro!Nos has costado 160.000 vidas de quienes que ya no serán padres, hijos ni hermanos de nadie, porque están muertos debido a tu insensibilidad por ellos. Si acostaras todos esos cadáveres, uno al lado de otro, abarcaría la misma distancia que de Caracas a Valencia. Ciento sesenta kilómetros o dos horas a 80 kilómetros/h. viendo tus muertos acostados a un lado. ¿Qué te parece la comparación Hugo? Eso es como lo que tú dices y cantas con el más absoluto cinismo: “Es más que amor, frenesí.”
Arruinaste nuestro agro y nuestro parque industrial. Fulminaste la seguridad y la justicia. Acabaste nuestra educación, buenos modales y concordia. Mientras nuestra inflación es la más alta del mundo y no has podido controlarla con tus geniales estrategias económicas.
Diste carta blanca para que tus compañeritos se robaran y malbarataran 1,3 trillones de dólares
Nos asfixiaste con tus vomitivas fotografías por donde quiera que anduviéramos, fotos que hoy en día la mayoría del pueblo se pasa por el “arco de triunfo” y que cuando mucho, las que perduren, irán a parar como compañía del Negro Felipe, de las 7 Potencias y del Ánima Sola en un altar de divinidades folklóricas. Te apropiaste de todos los poderes públicos por estrictas órdenes de Fidel, el que siempre aspiró cogerse a Venezuela para él y que vio facilitada su labor de proxeneta con tu sumiso y meretriz proceder. Es muy grande el daño que por tu infinita maldad como hombre nos has causado.
Pero déjame decirte algo con la mayor claridad Hugo: TE VAS. Más temprano que tarde. No se para dónde ni de qué manera, pero seguro estoy que TE VAS. Oye al pueblo como lo reclama y proclama a gritos. Y no tan solo eso, sino que lo harás con el repudio y la vergüenza de que serás buscado junto a tu banda de asaltantes hasta debajo de las piedras para que paguen el irreparable daño causado. No se trata de venganza. No. Se trata de mínima justicia con la sufrida Venezuela.
Como podrás ver, tristemente para ti, te preñaste a lo largo de tu vida de la mayoría de los indeseables defectos del ser humano más de ninguna de sus virtudes.
Debo recordarte para finalizar lo que escribió Dante Allighieri en su Divina Comedia como cartel de advertencia a las puertas del Infierno: “PIERDA TODA ESPERANZA EL QUE AQUÍ ENTRE.”
En vista de tu MALA CONDICIÓN, mi consejo sincero, que se no aceptarás porque no soy Fidel, es que vayas preparando tus asunticos Hugo, porque no se trata de mamadera de gallo. La vaina es en serio.
Hola,
ResponderEliminarMi nombre es Liliana y me gustaría proponerle una colaboración en materia de contenidos.
Gracias, un saludo.
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