miércoles, 5 de febrero de 2014

Deudas del Estado con contratistas estancan construcción de Tocoma


CORREO DEL CARONÍ

El reducido movimiento de trabajadores en la obra de la central hidroeléctrica Manuel Piar ubicada en Tocoma, en el municipio Angostura del estado Bolívar, se detuvo casi por completo. El proyecto, considerado vital para garantizar la estabilidad del Sistema Eléctrico Nacional, debería estar en su última fase de construcción, pero en la actualidad acumula más de cinco meses de bajo ritmo de edificación y sin señales claras de reactivación total.
La meta de inyectar al sistema eléctrico nacional la capacidad instalada de 2.160 MW este año ya fue desechada en el 2013 por el ministro de Energía Eléctrica, Jesse Chacón, debido al retraso que experimentan principalmente las obras electromecánicas del cuarto y último desarrollo hidroeléctrico del Bajo Caroní, ubicado a 15 kilómetros aguas abajo de la central Guri.
La primera unidad generadora de 10 que tiene el proyecto debía entrar en operación comercial en septiembre de 2012, según el proyecto original, pero las nuevas previsiones indican que la primera turbina tipo Kaplan estaría en funcionamiento en abril de 2014, lo que supone un retraso de 19 meses. Empero, el estado actual de la obra pone en riesgo la puesta en servicio de la primera unidad en el cuarto mes del año.
Correo del Caroní reseñó en octubre de 2013 el lento ritmo que llevaba la obra, en la actualidad con un avance de 95% en las obras civiles y de apenas 25% en las electromecánicas y frentes de trabajo limitados, de acuerdo con trabajadores del proyecto.
Las dos grandes empresas que operan en Tocoma son la argentina Industria Metalúrgica Pescarmona (Impsa) a cargo de las obras electromecánicas y el grupo de capital brasilero, italiano y venezolano OIV (Odebrecht Venezuela, Impregilo y Vinccler), encargado de las obras civiles. Deudas acumuladas en los últimos meses han aletargado la ejecución del proyecto.
Impsa con problemas de facturación
En octubre de 2013, fuentes de Impsa calificaban el receso como una “pausa” que a la fecha lleva cinco meses. Para Enrique Pescarmona, titular de la industria argentina, la provisión de las turbinas a Tocoma fue el contrato “de exportación más grande” de su nación en 2008, pero los problemas de facturación le han restado brillo.
En al menos dos de sus estados financieros trimestrales del año pasado, Impsa da cuenta de un “avance importante” en la construcción de las obras relacionadas con los proyectos de Tocoma y Macagua, pero con la salvedad de que “están pendientes de facturación” al 31 de marzo de 2013, indica en los reportes del primero y tercer trimestre.
La falla en la facturación se refleja también el 2012. En el estado financiero intermedio del primer trimestre se indica, además, que el financiamiento de proveedores relacionados con el proyecto Tocoma fue la causa principal “del aumento de los saldos de cuentas a pagar del período”.
El contrato con Impsa, firmado el 18 de enero de 2008 bajo el número 3.1.104.001.03, contempla la provisión de diez turbinas Kaplan, reguladores de potencia, diez generadores de 230 MVA y otros equipos.
El monto inicial del contrato fue de $ 451,9 millones, pero la demora de la obra ha elevado el costo en 136%, considerando que los estados financieros de Impsa del tercer trimestre de 2013 ubican el monto del contrato en $ 1.067 millones.
“El proyecto sigue así, está parado, nada ha cambiado”, aseguró un trabajador de la principal contratista de Impsa, HPC de Venezuela, de capital japonés, cuya situación se mantiene igual a la del último trimestre de 2013, cuando liquidó a parte de su personal.
Su ficha en el Registro Nacional de Contratista, actualmente suspendido, indica que los trabajos de montaje y puesta en servicio del equipamiento electromecánico de Tocoma tienen un 6% de avance. La empresa ha trabajado en el montaje electromecánico de Guri, Macagua y Caruachi.
Aunque diversos trabajadores de Impsa consultados aseguran que el proyecto está parado, el secretario general del sindicato de la industria, Jesús Núñez, comentó vía telefónica, que los trabajadores de Impsa siguen en la obra. “Otras contratistas se han retirado, pero nosotros seguimos trabajando”.
Cinco meses sin salario en Uriapari
El grueso del personal de Uriapari, consorcio encargado de velar por el cumplimiento de la calidad y oportuna ejecución de los trabajos en Tocoma, ha sufrido la peor parte desde el punto de vista económico. La empresa, que alega severas restricciones financieras, se puso al día parcialmente pero las deudas volvieron a acumularse afectando a 360 trabajadores del consorcio, de los cuales 213 fueron desincorporados desde diciembre del año pasado.
Una comunicación del Sindicato de Profesionales, Técnicos y Empleados de la Industria de la Construcción, Similares, Conexos y Afines del estado Bolívar (Sinpteinconst) dirigida a la Inspectoría del Trabajo “Alfredo Maneiro” el 13 de enero de 2014, detalla que el Consorcio adeuda salarios desde la segunda quincena de octubre de 2013; cestaticket desde septiembre de 2013; contribución para útiles escolares del año pasado; utilidades; vacaciones desde noviembre de 2013; anticipo de prestaciones desde noviembre de 2012; intereses de fideicomiso de septiembre de 2012 a agosto de 2013; y HCM desde julio de 2013.
La empresa adeuda, además, un aumento salarial que estaba previsto para mayo de 2013; el retroactivo y sus incidencias; las prestaciones sociales y los intereses de mora por todos los conceptos adeudados.
De una deuda de Bs. 160 millones, los trabajadores explican que en octubre de 2013 Corpoelec desembolsó un monto parcial de la deuda a Uriapari, pero sólo se hizo un pago parcial de salario y cestaticket. Además, la empresa suspendió el servicio de transporte de personal en octubre “y ahora, nuevamente lo vuelve a suspender en la misma forma pero distinta situación de la obra, ya que en esta oportunidad desde el 06/01/14 se encuentra totalmente paralizada sin ningún pronunciamiento oficial que permita visualizar lo concerniente a nuestra estabilidad laboral”.
“La suspensión del servicio de transporte ha generado una ausencia masiva involuntaria de los trabajadores a la obra”, indicó el trabajador José Luis Alvarado, quien estimó que en el caso de OIV el personal que queda en la obra no supera los 100 trabajadores.
Los trabajadores temen por su patrimonio, por lo que han solicitado al Consorcio el depósito de sus prestaciones en cuentas individuales de fideicomiso en una entidad financiera, pero Uriapari -señalan- sostiene la idea de mantener las prestaciones en su contabilidad. Intentaron ante los tribunales la solicitud de una medida cautelar que fue negada.
Para explicar el retraso en los pagos, la empresa -con recurrentes problemas de liquidez- alega que Corpoelec no le ha honrado el pago de sus valuaciones y/o facturas emitidas por concepto de la inspección de las obras civiles y electromecánicas ejecutadas por OIV y la argentina Impsa. Así lo ha explicado en comunicaciones a los trabajadores a lo largo del 2013, cuando explícitamente expuso su imposibilidad para pagar compromisos salariales.

Tocoma en claves
136% se elevó el costo de las obras electromecánicas, ejecutadas por la argentina Impsa.
1.200 millones de dólares es la deuda de Corpoelec con las principales contratistas de Tocoma, de acuerdo con fuentes sindicales.
19 meses es el retraso de la puesta en servicio de la primera turbina de la central hidroeléctrica.
213 inspectores del Consorcio Uriapari fueron desincorporados entre diciembre de 2013 y enero de 2014.

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