viernes, 13 de noviembre de 2009

“La crisis en el sector eléctrico se había pronosticado desde hace dos años”


La ineficiencia del sector eléctrico implica un riesgo para la seguridad de la Nación, porque sin energía suficiente no hay empleos, calidad de vida, desarrollo y todo aquello necesario para que la población pueda subsistir con dignidad humana.

Así lo advierte el ingeniero José Manuel Aller, profesor de la Universidad Simón Bolívar (USB), quien sostiene que la crisis actual tiene dos años, pero ha sido escondida sin ser atendida eficientemente pese a que muchos conocedores del tema alertaron sobre la situación, mucho antes del gran apagón que dejó en evidencia lo que estaba sucediendo.

Aunque el Gobierno nacional, y el recién creado Ministerio de Energía Eléctrica, se empeñen en intentar calmar a los venezolanos, afirma Aller que la realidad va más allá de las medidas y los pronunciamientos dejando en evidencia que el panorama futuro es incierto. Para este ingeniero eléctrico de amplia trayectoria, es difícil creer que en el 2010 se alcanzarán las metas previstas.

“El problema es que eso lo decían en el 2008, y pasó el 2008, se va el 2009 y es poco lo que han hecho. Claro que no es que no vayan a hacer lo que dicen, pero yo tengo mis dudas.

Es tan enredado el asunto que si no quiebra por un lado, quiebra por el otro y ya hemos visto que cada día hay más máquinas desincorporadas en Guri, en Planta Centro, Tacoa no tiene gas y está quemando gasoil… y si llega la sequía del 2010 en marzo, abril y mayo el problema será peor, se agudizará”.

La deficiencia energética está íntimamente relacionada con la falta de plantas térmicas para suplir la demanda, pues el sistema reposa sobre la fuente hidroeléctrica que suministra entre un 70 y un 73 por ciento de la energía del país.

Peligro latente

Lo anterior ocasiona que la generación dependa de los niveles del lago de Guri, y si estos bajan por ende disminuye la producción en Guayana, poniendo en “jaque” al resto del país, en especial el Occidente donde más debilidades hay.

“Lo que tenemos hasta ahora son promesas, la probabilidad de que lo que se está diciendo no es verdad, que sucedan más eventos (apagones), que saquen más potencia del sistema (racionamiento) es bastante probable”, destaca Aller con tono poco optimista.

“Evidentemente si el Gobierno tiene suerte y logra realmente que las obras, que tienen cuatro años de retraso, entren en funcionamiento podría ser que el año 2011 no sea tan crítico, pero puede que no sea así”, recalcó.

El ingeniero eléctrico sostiene que “el ahorro es la salvación” el cual combinado con otras medidas puede tener un impacto importante que permita a la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) una suerte de lapso de gracia para resolver y ponerse al día con la ejecución de los proyectos.

No obstante, eso no se podrá ver en los próximos 4 meses porque la demanda empezó a bajar gracias que el clima ha sido complaciente y hace menos calor, trayendo esto como consecuencia menor consumo de los aires acondicionados, y el resto de artefactos para mitigar los efectos de las altas temperaturas.
Efectos tardíos

Resalta el profesor que “el problema se va a empezar a plantear en marzo, abril, mayo del año que viene y allí vamos a ver si es verdad que entraron o no entraron las cosas que dijeron que estarían listas”.

Sumado a la insatisfacción de la demanda energética y al aumento del consumo, se añade otra variable importante que pone en riesgo la economía de Guayana y del resto del territorio.

Explica Aller que las empresas básicas, más temprano que tarde, deben ser transformadas en compañías de menor consumo y mayor rentabilidad, porque si su consumo sigue como en la actualidad los riesgos de que el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) colapse son mayores.

“Las empresas básicas fueron construidas bajo unas premisas de que en Venezuela la energía era abundante y gratuita, de hecho si nosotros no tuviéramos durante los años anteriores a las empresas básicas del aluminio y el hierro, toda la energía que se producía en Guri se hubiera desperdiciado”.

Pero los años anteriores no volverán y el “excedente de energía” que había para abastecer a las empresas ya no existe, lo que obliga a replantear su consumo, inclusive su razón de ser.

“No tenemos suficiente energía, no hay suficiente capacidad instalada, no hay una serie de capacidades de transmisión y el hecho de consumir 3 mil o 4 mil megavatios en la zona de Guayana significa un riesgo de seguridad de Estado.

Hay que reconvertir algunas empresas que consumen altas cantidades de energía, o que son muy ineficientes y hay que hacer una inversión fuerte para que el recurso energético sea utilizado de una mejor forma”, plantea Aller como una solución.
Futuro energético

En otros países donde la naturaleza no es tan generosa con el recurso hídrico las industrias usan combustibles fósiles como el coque, y no la energía eléctrica. Venezuela requiere cambiar sus esquemas de producción para que la energía “barata” que emplea sea utilizada adecuadamente permitiendo mayores ingresos y más beneficios colectivos.

“Si se quiere ver a largo plazo con más razón tenemos que empezar a repensar algunas empresas, de modo que sean rentables sin un consumo tan excesivo.

Ese es un reto que tenemos por delante, y es a mediano y largo plazo porque no podemos dejar que este tipo de crisis se vuelva crónica, estructural porque ponemos en peligro todo lo demás”.

“Estas son cosas que están afectando la seguridad del Estado, la seguridad de las personas, la estabilidad en el trabajo, los modos de producción del país, o sea que nosotros tenemos que pensar en esto.

Laboral en un hilo

El sector eléctrico no sólo presenta una crisis operativa, también están los problemas de índole laboral que hoy día están concentrados en la discusión de la convención colectiva única que amparará a los 33 mil trabajadores de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec).

Estos empleados, a través de los sindicatos y las federaciones, negocian con el Estado desde hace un año las mejoras socioeconómicas, pero motivado a diferencias de criterios la aprobación de la normativa laboral no se concreta.

Con la creación del nuevo Ministerio de Energía Eléctrica las voces de reclamo por esos beneficios laborales se acallaron hasta este 11 de noviembre, fecha fijada por los dirigentes sindicales para esperar una oferta del funcionario designado para este cargo, el ex diputado Ángel Rodríguez.

El tiempo pasó y aún no hay respuestas. Claro está que la resolución de la crisis operativa para brindar quietud a todos los venezolanos pasa por un escenario de paz laboral y una mística que permita hacer todo lo necesario para reducir las fallas.

En manos de la corporación y el ministerio está el ponerle fin a la negociación y dar el visto bueno a lo ya acordado en el contrato único del sector.

Medidas necesarias

El experto energético José Manuel Aller presenta nueve medidas que según él de ser aplicadas el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) puede ser recuperado poco a poco.

- Convocar a los técnicos más capaces del país a una mesa de discusión de acciones concretas y acordes con la situación actual.

- Desarrollar un plan nacional de ahorro energético eficaz, donde se sensibilice a la población, incluyendo también el ahorro de agua y combustibles que requieren para su producción el uso de energía.

- Adelantar en una hora la hora legal del país para permitir un menor consumo de electricidad.

- Reconvertir las industrias básicas de Guayana en empresas productivas de bajo consumo de energía.

- Recuperar la inversión en el sector con un sistema tarifario justo y con acciones concretas para reducir los consumos clandestinos.

- Exigir que las compañías paguen las multas a los consumidores por las fallas en el servicio, porque si eso es así las empresas deberán disminuir sus problemas y mejorar el servicio.

- Invertir lo que se dejó de invertir en el sector eléctrico, que son más de 18 mil millones de dólares.

- Hacer un seguimiento gerencial detallado de los cronogramas de ejecución de las obras. Que los ciudadanos hagan contraloría.

- Reestructurar todas las empresas del sector eléctrico, recuperando cierta mística de excelencia y servicio que muchas de ellas tenían en el pasado.

- Descentralizar y privatizar quizás la distribución y concentrar la generación y transmisión de energía.

Natalie García
Vía “El Correo del Caroní“

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