Falla que dejó sin luz a varios estados, es un ejemplo de su vulnerabilidad
viernes 15 de febrero de 2013 12:00 AM
Las operaciones diarias del sistema eléctrico "son cada vez más comprometidas" y ese comportamiento, que se ha mantenido en los últimos años, reduce los márgenes de seguridad de esa actividad fundamental y estratégica para el país, sostiene Jesús Pacheco, profesor del Departamento de Conversión y Transporte de Energía de la Universidad Simón Bolívar .
La falla en la línea de alta tensión 230 KV en la subestación Yaracuy este miércoles, que provocó una pérdida importante de carga en el occidente del país y en consecuencia, afectó el servicio en al menos ocho estados, es apenas un pequeño ejemplo de la "extrema vulnerabilidad" del sistema, dijo el especialista.
"Atribuir esa falla o a otras que ocurren a diario, a la caída de conductores, a la falta de mantenimiento, incendio o cualquier otra causa, sería plantear el hecho superficialmente", apuntó.
"El problema de fondo estriba en la falta de políticas energéticas coherentes, una planificación deficiente, a una pobre prosecución de obras nuevas necesarias para el crecimiento lógico y natural que debe tener el sistema", argumentó. "Estas carencias traen como consecuencia una operación insegura y cada vez más comprometida".
Refirió que la subestación Yaracuy diariamente acusa perfiles de tensión bajos en las horas de alta demanda, los cuales obligan en ciertas ocasiones a racionar carga para evitar apagones generales; en condiciones como las actuales, una falla simple causa la pérdida de toda la carga".
La falla en la línea de alta tensión 230 KV en la subestación Yaracuy este miércoles, que provocó una pérdida importante de carga en el occidente del país y en consecuencia, afectó el servicio en al menos ocho estados, es apenas un pequeño ejemplo de la "extrema vulnerabilidad" del sistema, dijo el especialista.
"Atribuir esa falla o a otras que ocurren a diario, a la caída de conductores, a la falta de mantenimiento, incendio o cualquier otra causa, sería plantear el hecho superficialmente", apuntó.
"El problema de fondo estriba en la falta de políticas energéticas coherentes, una planificación deficiente, a una pobre prosecución de obras nuevas necesarias para el crecimiento lógico y natural que debe tener el sistema", argumentó. "Estas carencias traen como consecuencia una operación insegura y cada vez más comprometida".
Refirió que la subestación Yaracuy diariamente acusa perfiles de tensión bajos en las horas de alta demanda, los cuales obligan en ciertas ocasiones a racionar carga para evitar apagones generales; en condiciones como las actuales, una falla simple causa la pérdida de toda la carga".
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